jueves, 27 de agosto de 2015

Delia. Crónica de un abrazo.

27 de agosto. Amanezco... Y no es poco.
¿Es una casualidad? Vaya uno a saber.
Pero lo primero que me encuentro en este 27 de agosto es el anuncio oficial de la Edición de mi libro. De mi Homenaje. De mi eterno Homenaje. De mi Homenaje eterno.
"Scripta manent..." Lo escrito permanece.
Y lo que permanece es inmortal.
En agosto de 2014 decidí voluntariamente, y con esfuerzo, dejar de escribir sobre el dolor que me constituía desde la muerte de mi hermana. Y fue en ese mismo momento en que empezó a gestarse este libro que ya está en imprenta.
En este año me cosí un traje de Delia. Lo hilvané con palabras, lo sorfilé con lágrimas, lo pespunteé con nostalgia y me lo estreno con sonrisas.
Ojalá cada uno de ustedes me acompañe en esta apasionante aventura de soltar un libro a la vida. A la vida, sí. "Que se jodan la muerte, el silencio y la nada".
Gracias hermana por haber sido, por ser y por seguir siendo.
Hasta la Victoria, siempre.


Gracias eternas y especiales a Olga Cosentino y a Ture Salvatore.

Hermoso trabajo de diseño de Fernando Belvedere, el Director de Arte de la Editorial... Agradecimiento también para él.



TEXTO DE LA EDITORIAL:
DELIA, CRÓNICA DE UN ABRAZO un libro de STELLA MATUTE.
Dos hermanas en una historia conmovedora. El dolor y la ausencia, el amor, el compromiso social y la alegría, la aventura y la poesía, en un libro imprescindible.
Muy pronto.
DELIA, CRÓNICA DE UN ABRAZO. Publica: Ediciones Lamás Médula / Grupo Editorial Sur

Dijo Olga Cosentino (fragmento del Prólogo):
"Este libro registra e invita a asomarse a una de esas luminosas veces en que lo fraterno se realiza en la íntima, delicada y ardiente singularidad de la primera y la segunda persona. En estas páginas se manifiesta, en toda su vitalidad, la tierna y fuerte relación que unió a Delia y Stella desde que la primera, a sus casi diez años, recibió a su recién nacida hermanita. Aquí se atisban las mutuas identificaciones, las ocasionales disidencias, la protección, los juegos, los miedos, el consuelo ante las frustraciones y la admiración que recíprocamente se dedicaron y compartieron. Aquí se ven florecer la vocación artística y el compromiso ideológico de cada una. Desde aquí se asiste a la toma de posición de las hermanas frente a la barbarie de la dictadura militar, a la “inconsciente sensación de exilio” que confiesa Stella haber experimentado cuando dejó junto a su madre la Mendoza natal para venir a Buenos Aires, en busca del refugio afectivo que ofrecía la hermana mayor en aquellos tiempos de plomo. Y sobre todo, este libro da cuenta del más desgarrador exilio que le tocó vivir a Stella cuando la muerte de Delia la arrojó en un desamparo fraterno donde, sin embargo y a pesar de tanto, empezó a construir el dique fecundo de su poesía".

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